viernes, 13 de septiembre de 2013

VIDAS REBELDES, UN PEPITO PISCINAS DE LOS 60

      Dentro del ciclo de cine clásico que estos días se ha desarrollado en Málaga, he podido ver una peli que me atraía mucho, por esto del morbo, dado que era la última que habían rodado tanto Marilyn Monroe como Clark Gable.

      Roslyn (Marilyn) llega a Reno para divorciarse, allí conoce a Gay (Clark Gable), un viejo vaquero, y a Guido (), un mecánico y ex-combatiente de guerra. Ambos se encaprichan de ella e intentan seducirla. Gay será el que conquiste a Roslyn y pase unos días con ella en una cabaña y le enseñe las costumbres de allí, como acudir a los rodeos, donde se topan con un viejo conocido Perce (Montgomery Clift).

      Es una historia escrita por el dramaturgo Arthur Miller, cuando aún era marido de Marilyn, y narra la soledad, el estar perdido ante nuevas situaciones, en definitiva, son un grupo de personajes sin rumbo, de hecho el haber sido rodada en blanco y negro contribuye a esa aureola de pesimismo que envuelve el film.

Nota: 6


      A la película le pongo un 6 por el conjunto, porque estaban 3 iconos del cine y los estilismos de la Monroe ya son historia, pero a mi no me ha gustado nada.


      El rodaje comenzó en junio de 1960 y el calor del norte de Nevada fue insoportable para todo el equipo. Todo era un caos: su director John Huston pedía a Arthur Miller que casi a diario reescribiera el guión, bebía en exceso, incluso se quedaba dormido en el set; Marilyn llegaba siempre tarde y estaba enganchada a los barbitúricos y al alcohol, su situación fue tan grave que, en agosto, el rodaje tuvo que paralizarse para que la estrella pudiera ingresar en un centro de desintoxicación.
 

      Es una película hecha por hombres y para hombres, porque a las mujeres nos pone de imbéciles.
    Tanto Clark Gable como Eli Wallach, son unos viejunos que conocen a Marilyn, se quedan prendados y se la llevan a una cabaña para emborracharla a ver con quién cae, a mi ya eso me da repulsión, ayyyyjj los viejos verdes, y ella además es un poco "fartus", dicen que en la vida real también lo era, y se deja embaucar. Ahora cuando vea Lo que el viento se llevó veré a Rhett Butler con otros ojos.








      Me llama la atención cómo graban a Marilyn la cámara parece tener una media, como hacían con Sara Montiel.







 


      Por último, hay una escena con una manada de caballos, que supongo que en la época el montaje sería extraordinario, pues mezcla los extras con los protagonistas con gran maestría, pero yo lo pasé fatal con esa captura.



 



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