El estudiante, cuenta la historia de un alumno, Roque Espinosa, un joven que se sumerge en la vida política de la Universidad a través de Paula, una profesora idealista, de la que se enamora. En las reuniones conoce al catedrático Alberto Acevedo, un antiguo político, que empieza a mover fichas para hacerse con el Decanato y escoge a Roque como su hombre de confianza. Nota: 6 el argumento, en aspectos técnicos un 0.
En la Facultad tenemos ideales, creemos que vamos a cambiar el mundo, que sabemos más que nadie, y eso está aquí muy bien retratado en los momentos de discusiones en las clases que muestran las ideas utópicas de los estudiantes, y otorga mucha veracidad que estén rodados en clave documental. Los personajes también son muy realistas, vestidos muy hippies: pañuelo palestino, rastas,... y todo eso le confiere gran autenticidad al film. Roque será el que se tope con la realidad, y que lejos del romanticismo, se dé cuenta de que la política no beneficia a todos, sino sólo a unos pocos, una estampa de nuestro mundo actual.
La primera hora se centra en situar la vida del estudiante, en la que afloran muchas conversaciones sobre la política argentina, y me parece que con un guión tan bueno sobra mucho de eso, pues tiene un tema muy universal, extrapolable a cualquier país, y con esos discursos se está quitando mercado, a mi me sobran 40 minutos. La última hora es donde empieza una especie de House of Cards, un señor que juega con la gente para beneficiarse él, bajo la apariencia de buscar el bien común, y esto, creo, debería haber empezado antes para enganchar más, y no dar rodeos con escenas absurdas y personajes secundarios con las que intenta aportar veracidad y en realidad son innecesarias para la trama.
A ver, todo esto es lo que he interpretado del film, porque el sonido es pésimo, creo que el 30% es lo que pude entender de las dos horas de metraje. El acento argentino es muy cerrado, pero es que aparte yo creo que hablan donde no están los micros y muy muy bajo, el protagonista es el peor con diferencia, por lo que a veces creía estar viendo Pingu o a Kenny de South Park.
A la banda sonora no le han prestado atención, sólo se escuchan unos golpes absurdos tipo Mayumana, que no sirve para nada, con un tema tan potente hay canciones protesta, grupos revolucionarios, pues se ve que no han caído.
Otra cosa que me sorprendió, yo creía que mi Facultad era la más cutre del mundo, pues no, es la de Buenos Aires, por Dios si parecen estar en una casa okupa.
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