Creía iba a tener complicado decidir qué Blockbuster del verano iba a elegir: Guerra Mundial Z o Pacific Rim; no hay duda, la de Brad Pitt, a no ser que seas un infante.Aquí también se acaba el mundo, pero no lo están destruyendo los zombies sino los Kaiju!!! unas criaturas gigantescas, muy parecidas a los dinosaurios pero con luces de neón en la boca, que sólo pueden ser combatidas por los humanos con unos robots, llamados Jaegers, que necesitan ser tripulados por dos personas que compartan el cerebro. Un piloto retirado y una joven con traumas del pasado, intentarán salvar a la humanidad.
Nota: 5
Guillermo del Toro ha querido hacer una película para niños con sus recuerdos de Godzilla, serie B japonesa, algo parecido a lo que hizo Tim Burton con Frankenweenie, y los monstruos de su juventud de la Hammer, pero con resultado muy desigual. El director mejicano se ha centrado en los efectos técnicos, en detrimento del guión, las peleas son perfectas pero el resto es previsible y tonto. Es todo demasiado melodramático, con solemnes discursos de vergüenza ajena, y chaquetas de Top Gun.
Quiero analizar algunos de los personajes:
Charlie Hunnam, el protagonista, muy mono pero malo malísimo, muy plano, no me transmite nada de nada. Él es la voz en off del principio, que te explica qué ha ocurrido en la tierra, y se hace una auto-descripción en la que dice “nunca fuimos deportistas”, y en ese momento se está poniendo la camiseta y no hay músculo que no se le marque, muy convincente.
Rinko Kikuchi, la japonesa se pasa con la cara de estreñida toda la peli, con eso quiere darnos a entender que tiene traumas del pasado.
Burn Gorman, este hombre es un científico, que a los niños les hará mucha gracia, porque es así tipo los malos de Solo en casa, un poco pasadito en la interpretación, pero a mi me parece un tonto, más que un investigador.
Sólo me gustaron:
Charlie Day, también científico, pero más en la línea de freak de Big Bang Theory, y es el único que está bien, correcto, divertido, y sólo él y la banda sonora me mantenían con ganas de seguir sentada en la butaca, porque el resto era deprimente.Hay dos cameos, del Toro es fiel a sus amigos:
Santiago Segura, que a mí es que aparte de su personaje de Torrente, no me gusta como actor nada(es que en Balada Triste de Trompeta me pareció lo peor), y
Ron Perlman, Hellboy, buenoooo pasable.
En conclusión, es el trabajo de Guillermo del Toro que menos me ha gustado con diferencia de toda su carrera, una película “tontaca”, eso sí muy visual, pero previsible.
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